Recibimos el invierno con sus bajas temperaturas y sus deliciosas preparaciones que brindan la energía necesaria para abrigar nuestro cuerpo durante esta época del año.
Algunos de los favoritos de los meses más fríos son sin duda las sopaipillas y los calzones rotos, muy apetecidos los días de lluvia. Así como las tradicionales churrascas chilenas, un pan que solía prepararse en casa para salir de apuros cuando no quedaba pan ni ganas de ir a comprar.
Quienes no han tenido la suerte de probar este pan tan característico de la cocina chilena, les podemos decir que se asemeja a la tortilla de rescoldo en sabor, pero con una apariencia y textura similar al pan amasado, es muy económico y fácil de hacer, a tal punto que ¡ni siquiera requiere horno!
Consejo: cómanlas recién hechas con mantequilla derritiéndose en ella.
Ingredientes
500 g harina
½ cucharadita de polvos de hornear
½ de bicarbonato de sodio (opcional)
1 cucharadita de sal
½ taza de manteca derretida (en caso de no tener en casa, se puede reemplazar por margarina)
¾ taza de agua tibia
Preparación
Tamizar la harina, polvos de hornear, sal y bicarbonato de sodio en un bol, agregar ahora la manteca derretida y mezclar con las manos hasta integrar completamente.
Agregar el agua tibia poco a poco, amasando a la par hasta obtener una masa blanda. Tapar la masa y dejar reposar 30 minutos.
Dividir la masa en bolitas que se transformarán en porciones de churrascas. Formar los panes, aplastando las bolitas, hasta tener un pan completamente plano.
Calentar en un sartén, idealmente de fierro (también se pueden cocinar a la parrilla, al horno o al tostador, sí como leyeron ¡al tostador!). Cocinar los panes por ambos lados hasta que estén dorados y se vean cocidos. Servir inmediatamente. ¡A disfrutar!